jueves, 24 de mayo de 2012

TP Unidad 3 (colgar para el lunes 4/6)

TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3


Elija 1

1) Piense en Gramsci ¿Cómo analizaría el papel de los intelectuales y la academia universitaria (Grupo Plataforma, Argumentos, Carta Abierta) y sus diversos posicionamientos ante el gobierno y la política actual?

2) Piense en el Estado en la sociedad argentina y latinoamericana de los últimos años. ¿Cómo analizar la rehabilitación del Estado y su papel en cuanto a los procesos de cambio social? ¿sirven los conceptos de Holloway de prescindencia del poder estatal, o de Deleuze de “aparatos de captura”, o de Rosanvallon de “desconfianza organizada” y “antipolítica”? ¿podría utilizar el concepto de hegemonía y sus tres elementos?.

3) Piense en algún fenómeno reciente en el seno de alguna institución estatal con impacto en la sociedad marplatense (salud, educación, justicia, etc.) y utilice alguno de los conceptos vistos para analizarlo.

4) Piense en la institución familiar en Mar del Plata. ¿qué particularidades ofrece y qué conceptos de los vistos pueden ayudar a analizarla?.

5) Utilice lo revisado sobre Biopolítica en Foucault y sobre
Sociedades disciplinarias y de control en Deleuze y relaciónelo con el
siguiente texto de Hardt y Negri "Imperio"

"La sociedad civil queda absorbida por el Estado, pero la consecuencia

de ello es una explosión de los elementos que anteriormente coordinaba
y mediaba la sociedad civil. Las resistencias ya no son marginales,
sino que pasan a constituir fuerzas activas que operan en el centro de
una sociedad que se despliega en redes:los rasgos individuales e
singularizan en mil mesetas. Por consiguiente, lo que Foucault
construyó implíictamente (y Deleuze y Guatari propusieron
explícitamente) es la paradoja de un poder que,mientras unifica e
incorpora en sí mismo todos los elementos de la vida social (y, por lo
tnto, pierde la capacidad demediar efectivamente entre las diferentes
fuerzas sociales),revelaal mismo tiempo un nuevo contexto, un nuevo
ámbito de máxima pluralidad e incontenible singularización: un ámbito
del acontecimiento." (Hardt y Negri:37-38).


   Relacionar con lo visto en clase sobre Foucault y Deleuze y
proponer un acontecimiento en el sentido propuesto por la cita.
   Relacionar con el capitulo 3 del texto de Holloway

29 comentarios:

Carol dijo...

Buenas, para los que eligieron la CONSIGNA 2, (y para los demás también) les dejo los links de los textos que encontré digitalizados, saludos.

Deleuze y Guattari, "Mil mesetas" (libro entero),
http://linksole.com/out.php?url=ti87e1be

Holloway, "Cambiar el mundo sin tomar el poder" (libro entero)
http://img9.xooimage.com/files/f/9/f/cambiar-el-mundo-...el-poder-1275850.pdf

Rosanvallon "La sociedad de la desconfianza"
http://www.hechohistorico.com.ar/archivos/teorias%20politicas/la%20contrademocracia.pdf

Anónimo dijo...

Estefania Martynowskyj, consigna 1

parte 3


Es por esto, así como también por las pertenencias ideológicas de los integrantes de ambos grupos de intelectuales, Carta Abierta y Plataforma (peronistas unos, de izquierda y socialdemócratas otros), que los mismos presentan lecturas diferentes acerca del período abierto por el gobierno de Nestor Kirchner en 2003. Así, los del primer grupo entienden que el proyecto llevado adelante por Nestor Kirchner y Cristina Fernández encarna una esperanza de dejar atrás el modelo neoliberal imperante en el país desde la última dictadura militar y llevado al paroxismo durante la presidencia de Carlos Menem (1989-1999), y propone un alternativa que tiende a la justicia social. Por eso los conflictos que se han presentado se leen como fenómenos anómalos y falta de imaginación política, y llaman con énfasis a la integración de los proyectos de vocación transformadora bajo la hegemonía kirnchnerista, entendiendo que frente a este bloque aparece el bloque anti-pueblo, anti-nación, anti-peronista.
Por su lado, el segundo grupo entiende que los intelectuales de Carta Abierta, al comprometerse con el proyecto kirchnerista, soslayan su rol de intelectuales críticos y suavizan las críticas a los hechos que ellos creen que definitivamente no apuntan a la transformación social, y que no leen como anómalos, sino como constitutivos de un modelo político que sostiene un modelo de desarrollo extractivista-exportador, el cual lleva aparejado una serie de alianzas con ciertas corporaciones económicas, por lo que no comparten la imagen de la “gesta emancipatoria, anti-corporaciones” que propugna Carta Abierta. Además cuestionan, como una de las temáticas principales que los aglutina, la dicotomización del campo político-cultural, lanzando al debate público valores como el de pluralidad y democracia política y cuestionando el carácter “autoritario” del gobierno nacional, especialmente de sus líderes (primero Nestor Kirchner y luego Cristina Fernández”).
Este debate no parecería cerrarse en el corto plazo, sino más bien mostraría indicios de continuar presente entre los intelectuales y grupos políticos populistas y progresistas, por lo menos en el período que le resta al actual gobierno nacional.

Anónimo dijo...

Milagros Dolabani
Consigna 1
Uno de los aportes más importantes de la obra de Gramsci es la ampliación que el italiano realiza en torno al concepto de Estado. Este concepto está ampliado, porque no sólo abarca a la dimensión de dominación –encarnada en la llamada sociedad política- sino que también comprende a la dimensión del consenso perteneciente a la sociedad civil. Gramsci se pregunta cómo un grupo social puede mantenerse en el poder ya que necesita “algo más” que el ejercicio legítimo de la violencia mediante la coacción; ese plus necesario está dado por un consenso a cerca de los valores ideológicos y culturales, una visión del mundo, un “sentido común” que permite la dominación del grupo social dominante frente a los subalternos.
La dimensión del consenso anclada en la sociedad civil actúa como dirección moral e intelectual mediante un complejo entramado de instituciones y organizaciones, en las que los intelectuales cumplen un rol fundamental. A este respecto, el papel de los intelectuales y de la Universidad frente al Gobierno y a la política actual, es de suma riqueza para poner en juego los conceptos esbozados por Gramsci: resulta fundamental utilizar la noción de “intelectuales orgánicos” dado que la misma remite –en este caso, no siempre- a aquellos que trabajan en la constitución y mantenimiento de la hegemonía, sea desde Instituciones públicas como la Universidad, sea desde organizaciones particulares.
Un ejemplo clave para este análisis lo daría Carta Abierta, agrupamiento de intelectuales y profesionales que se posicionan políticamente favorables a las políticas del Gobierno Nacional. Carta Abierta podría analizarse como un grupo de intelectuales orgánicos en su mayoría provenientes de las Ciencias Sociales y Humanísticas, que desde los distintos ámbitos académicos y desde los medios de comunicación (piénsese en el espacio que se les da en diferentes diarios, programas de televisión, o mismo desde los canales de televisión estatal) difunden sus ideas en pro del proceso político iniciado hace 10 años, con la asunción de Kirchner como presidente de la Nación. Asimismo es interesante destacar que la difusión de las ideas de estos intelectuales contribuye a la formación y mantenimiento del consenso hegemónico, no sólo por el lugar otorgado en los medios de comunicación, sino también por la autoridad que supone la opinión de “expertos” formados profesionalmente en Universidades.
El contra ejemplo obligado a Carta Abierta, es el de los intelectuales nucleados en “Grupo Plataforma”. Lo interesante respecto a los dos grupos es que fueron protagonistas de una contienda pública en la que los últimos se autodenominaban “intelectuales críticos” por oposición a los “intelectuales orgánicos”, es decir a los de Carta Abierta. Plataforma 2012 se presenta como una alternativa frente a la reproducción del discurso oficial por parte de Carta Abierta, reproducción que considera orgánica a los intereses del Gobierno. Este agrupamiento pretende difundir una lectura crítica (lo que considera una labor fundamental de los intelectuales) o mejor dicho, contra hegemónica frente al discurso oficialista.

Anónimo dijo...

Consigna 3: Sánchez Reales Xavier Con referente a los conceptos que hemos visto en la materia, me hizo ruido leyendo a Foucault, un acontecimiento en relación a los conceptos de Bio-poder y Bio-politica. Es el de Eutanasia o Muerte Digna, que como bien sabrán ustedes, se ha aprobado como ley en el mes de Mayo del corriente año. Recordemos que con muerte digna se hace referencia a la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado con la intención de evitar sufrimientos. El concepto está asociado a la muerte sin sufrimiento físico. Como se sabe, esta cuestión a generado un gran impacto en la sociedad, pues hasta hace unos años, dicha implementación de esta acción, era impensada dentro de la comunidad medica de nuestro país, como así también en la sociedad civil. El reclamo por una muerte digna, era encajonado con las demandas abortos por violación, y otras peticiones de intervención de la salud pública y la justicia. Entonces, he aquí la génesis de mi planteo, de donde parto para entender dicha realidad a través de los conceptos esbozados por el autor francés. Si el estado tiene el poder sobre la vida, y la muerte: ¿por qué preserva la “NO-Vida” de un sujeto que esta postrado a depender de maquinas para asistir su existencia y que ha decidido no continuar con dicho proceso? ¿Existe un problema epistemológico de la definición y utilidad del concepto “Vida” en las leyes?
Esto posiblemente puede explicarse según el autor, por que el poder sobre la vida se ha ido afianzando en la sociedad capitalista con el devenir de los años sobre dos tecnologías que registraron un desarrollo autónomo:
La inaugural de ellas, tomó al cuerpo individual como objeto de manipulación, llevando así a lograr un aumento de la docilidad y de la utilidad de los sujetos. La siguiente tecnología sobre la que se desarrolló el poder sobre la vida resulta en una Bio-politica de la población, asegurada por toda una serie de intervenciones y controles reguladores. Esta se centralizó en el cuerpo como soporte de procesos biológicos, o sea, la idea de cuerpo-especie. En este sentido tienen prioridad los nacimientos, el nivel de salud, la duración de la vida y la tasa vegetativa.
Entonces estas tecnologías han constituido los dos grandes ejes en torno a los que el poder sobre la vida se ha organizado, iniciando así lo que Foucault denomina “La era del Bio-poder”, quien resulta de ingresar cuestiones de la vida en la especie humana al orden del poder y saber, emprendiendo así la tarea de examinar y alterar los procesos vitales, como las condiciones de existencia, salud individual y colectiva.
Derivando así que una de las principales secuelas del desarrollo del Bio-poder resulta ser la importancia que adquiere “la norma frente al sistema jurídico de la ley”. Por ende se tiene como objeto entonces “al cuidado y la administración de la vida”, que requiere mecanismos continuos y reguladores de clarificación, medición, y jerarquización en torno a una norma, que se basa en un preconcepto material. Pues la vida cobra sentido como prioridad de la reproducción de la fuerza de trabajo, para nuestra constitución, esta fundada sobre ideales de la burguesía. Pues, al recaer sobre el sujeto de forma estructural, con toda su justificación del saber, no se tiene en cuenta que por detrás existe un supuesto que no se aplica a las condiciones de existencia de una persona que biológicamente esta viva, pero psíquicamente no. O simplemente se encuentra impedida por accidentes de diversas índoles y desea finalizar su vida dignamente. Entonces el problema radica en una justificación e imposición de “un saber que poco sabe” de las reales necesidades de los sujetos y los cambios históricos en la sociedad. Solo reproduce lo normalmente establecido, delimitando y negando las condiciones reales de existencia de un sector de la población que necesita emancipación de leyes que generan desigualdad y exclusión social.

Anónimo dijo...

P 3 – Herren, Yolanda
Consigna 1
“Carta Abierta” aparece en el 2008 presentándose como un espacio de participación para la discusión y la intervención en las políticas públicas, en defensa de un gobierno democrático popular amenazado y por un Estado que intervenga cada vez más fuertemente en la distribución de la riqueza producida por el pueblo. Y una de las tareas fundamentales del momento es librar la batalla cultural en sentido plenamente político. Definiéndose como espacio no partidario van desde describir el clima destituyente hasta reclamar respeto a la voluntad popular. Hay abundantes firmas: Ricardo Forster, Ernesto Laclau, José Nun, Adriana Puigrós, Federico Schuster por citar los más cercanos a nuestras áreas de estudio. Hablamos de intelectuales, remitámonos a Gramsci: “Todos los hombres son intelectuales, pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales”. No se puede separar el homo faber del homo sapiens. En la realidad concreta la formación de grupos de intelectuales no se cumple en un campo democrático abstracto sino de acuerdo con procesos históricos muy concretos. Cada grupo tiene sus intelectuales pero nunca son autónomos, siempre hay relaciones de poder; la pregonada independencia de los intelectuales es falsa. Son intelectuales categoría orgánica formados directamente en el campo político-filosófico y no en la actividad productiva. “Carta Abierta” plantea su defensa de un proyecto de país que ellos definen como democrático popular y que sienten amenazado. Su verbo nos remite a un destinatario par, a otros intelectuales. Pero si el voto popular define la tendencia, “Carta Abierta” siente que los representa. Por reacción aparece el grupo “Plataforma 2012” que se habla de la recuperación del pensamiento crítico, un espacio plural, democrático e independiente. Y avanzan: el relato oficial pretende enmascarar una realidad y ellos se proponen desmontar ese relato que tiende a imponer una visión monolítica y unívoca de la realidad. No leen los síntomas de malestar social como anomalías sino como efecto de la política global oficial. Llaman al discurso presidencial como épico, enmascarador. Pretenden ser una voz crítica por izquierda. Escuchemos a una de sus figuras fuertes, Maristella Svampa textual: “el relato disciplinador y engañoso utiliza la potencia de los recursos comunicacionales de que dispone crecientemente el gobierno para ejercer control social mediante la inducción de mecanismos alienatorios sobre las formas colectivas de la subjetividad […] se elabora un discurso oficial que construye consensos porque aparenta dar cuenta de una serie de necesidades sociales y reivindicaciones nacionales mientras se afianza la persistencia de lo mismo que aparenta cuestionar […] quieren aparecer como protagonistas de una histórica transformación social mientras la brecha de la desigualdad se profundiza”. Es llamativo que, dada su formación, Svampa afirma algo tan contundente y como al pasar sin citar fuentes. La CEPAL por hecho, la desmentiría con cifras censales. El otro referente mediático, Beatriz Sarlo, define al gobierno como un unicazo de enunciación y una cultura del “todo vale”, habla de burocracia de Estado y eso sí hay que reemplazarlo con votos y para adelante porque “las instituciones vencen las ideas y los caprichos de las personas” y una frase para pensar:“A los que nos interesa la política somos unas 200.000 personas”. A estas posiciones le responde “Argumentos para una mayor igualdad”: en los últimos ocho años no se ha profundizado la desigualdad, no existe un discurso único imperante y enumeran las políticas sociales del kirschnerismo. Todos los gobiernos construyen relatos; la pregunta es si los intelectuales se sienten interpelados por esos relatos. P12 cree que las mayorías populares están engañadas dado que han manifestado su apoyo a pesar de la supuesta “profundización de la desigualdad”.
continúa

Anónimo dijo...

P 3 Herren, Yolanda - continuación
Los poderes económicos y corporativos son mucho más reales que los que P12 supone: los grupos rurales, eclesiásticos, las trasnacionales, los fondos buitre, los gobiernos extranjeros son hechos, no pura ficción. Plantean una disyuntiva: la concepción neo desarrollista para quienes las mayores formas de inclusión y justicia se alcanza gracias al crecimiento económico y una concepción igualitarista que cree en un desarrollo integral, económico, social, ambiental y cultural. Remitámonos a Gramsci: el poder es una relación de fuerzas sociales que debe ser modificada y no una institución que debe ser tomada. Que una masa de hombres sea conducida a pensar coherentemente en forma unitaria (hegemónica) el presente real es un hecho filosófico mucho más importante que el “hallazgo” de un genio filosófico de una nueva verdad que permanece como patrimonio de pequeños grupos intelectuales. Gramsci propone una “filosofía de la praxis” que es una filosofía política. La comprensión crítica es una lucha de hegemonías y el concepto de hegemonía es un avance filosófico además de político práctico. Hay hegemonía cuando pensamos que necesitamos “eso”: lleva al hombre colectivo.
Para Peter Evans “guste o no guste el Estado tiene una función central en el proceso de cambio estructural […] la respuesta no está en el desmantelamiento del Estado sino en su reconstrucción”. Hoy, la visión minimalista del Estado deja de ser una realidad. El Estado tiene y debe tener una participación activa en materia económica y social, impulsor de políticas viables, eficaces, eficientes y pertinentes. Y, volviendo a Gramsci, para esto se necesitan intelectuales políticos calificados: “Carta Abierta” parece buscar ese posicionamiento.

Anónimo dijo...

TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3
Cristian Tibaldi, M 16230
Consigna nº 2


Abordar el Estado en Latinoamérica requiere antes algunas precisiones respecto al enunciado de la consigna. La “rehabilitación” del estado entiendo que refiere a un pasado cercano en el que el estado pareció retirarse de ciertas aéreas estratégicas y tradicionales, en las que el estado de bienestar heredado de mediados de siglo, con el modelo de sustitución de importaciones, industrialización y desarrollismo característicos del período, perdió terreno frente al paradigma neoliberal. En realidad el cambio en el modelo de acumulación no supuso una “retirada” del estado sino un sinceramiento de su rol como meta-institución disciplinar y al mismo tiempo reguladora de la población a la cual ordena y de la cual espera su reconocimiento, su legitimidad. Las alianzas de clases que ocuparon y ocupan el poder en Argentina (me faltan datos para hablar mucho de otros países de la región) no dejan de ser herederas de un Estado fundado sobre dos genocidios. El primero de ellos consolidó la propiedad de la tierra en torno a un grupo reducido de terratenientes beneficiados con el exterminio de los indígenas, único freno a la transformación del territorio “nacional” en mercancía. El otro, mucho más reciente, fue el aplastamiento de la clase obrera organizada en torno a un proyecto clasista durante los años 60 y 70, que volvió a consolidar el poder del capital financiero e industrial en el país y la región. Partiendo de esa base, las posturas que plantean la prescindencia del estado o formas de organización entorno a “políticas negativas”, quedan condicionadas a realidades históricas muy diferentes a la argentina.
El caso mexicano, donde para realizar la liberación de algunas fracciones de oprimidos, de fuerte composición indígena y rural, en una zona delimitada, requirió el pertrechamiento moral y material de esos mismos sectores. Pilar Calveiro retoma los planteos de Benjamin acerca de la violencia fundadora y la violencia conservadora para recortar una “violencia resistente” que cree poder forjar poder al margen del estado. Esta línea de pensamiento está claramente influenciada por Holloway. Pero si nos adentramos un poco en la realidad mexicana vemos que la guerra en curso (la mal llamada “guerra contra el narcotráfico”) atraviesa todas las dimensiones del poder, tanto estatal como para-estatal, y mucho más aun el territorio nacional mexicano. Creo que en principio puede ser útil para desarrollar estrategias de contra-poder pero que en escalas más grandes de confrontación el estado es ineludible.

Anónimo dijo...

(Tibaldi, continuacion)...
Por otro lado los conceptos de Rosanvallon de política negativa y desconfianza organizada, son modelo que pueden aplicarse (tal vez) a Europa pero poco a Latinoamérica. Existe en esos modelos un tipo de ciudadano desarmado frente al poder del capital, un sujeto pasivo, víctima del riesgo (ambiental, político, industrial, etc.) que solo puede buscar consuelo en marcos regulatorios de algo inregulable. El ejercicio del poder de veto, el juicio o la denuncia no dejan de estar amparados por el cuerpo jurídico-normativo del mismo sistema social que crea ese “riesgo” y por ello está condenado a un círculo vicioso del cual no se puede salir. El único caso donde se ha verificado una salida posible ha sido en Grecia, en donde no se recurrió a medidas reformistas.
Foucault puede acercarse más a la realidad de las confrontaciones al poner en juego ese formidable concepto de biopoder, donde el poder produce una doble ligadura: disciplinadora y normalizadora a la vez, individual y masiva al mismo tiempo. El problema de esto es la falta de anclajes empíricos concretos para apoyar la teoría. La metodología de “análisis ascendente” es sugerente para poder configurar localmente la génesis del poder y sus ramificaciones, sus capilaridades explícitas e implícitas de apropiación de los cuerpos como una territorialidad del poder (aunque esta ultima idea no es de Foucault si no se Juan Carlos Marín.)
El tema es extenso y por demás interesante para agotar estas líneas, pero sostengo que la realidad regional tiene particularidades que hacen vital la producción local de análisis sociales que puedan dar armas teóricas y prácticas para un verdadero “cambio social”.

Anónimo dijo...

Joaquín Picón – Consigna 1.-
Considero que para el análisis de los agrupamientos colectivos de intelectuales mencionados en la consigna, las categorías de Gramsci pueden servir en un sentido, pero que para éllo hay que realizar una revisión previa de sus conceptos. Particularmente creo que ninguno de los grupos mencionados puede recibir la denominación de "intelectuales orgánicos" en términos gramscianos. Este término remite a aquellos que en el marco de la división del trabajo en el seno de un partido orgánico realizan la tarea de la dirección (la cual es una tarea intelectual), lo cual no se acerca a ninguno de los tres casos planteados. Considero que esta función puede ser reconocida con alguna reserva en el caso del periódico La Nación, al igual que Gramsci destaca el papel del Corriere della Sera y del Times inglés.
Pero volviendo al caso planteado considero que la academia, obviamente, es la base de reclutamiento de las élites intelectuales de los partidos, como así también algunos "think tanks" como han sido FIEL o la Fundación Mediterránea. Si bien siempre está planteada la discusión acerca de si la autonomía universitaria pone a la Universidad Pública en el marco de la Sociedad Civil o si, por el contrario, queda incluída dentro de la Sociedad Política; la cuestión interesante a debatir es cuál es la función de la Academia dentro de la Sociedad Argentina en esta etapa. La batalla cultural se pelea en distintos planos y a veces la universidad pareciese ser un plano metapolítico que sirve de insumos a las disputas específicamente políticas para distintos grupos sociales.
Lo novedoso de este caso es una exposición en el terreno público y mediático de una confrontación en términos políticos e ideológicos (aunque algo menos que el anterior), de actores colectivos académicos. Particularmente soy bastante escéptico respecto a la capacidad de estos grupos de incidir en la dirección ideológica del conjunto de la población, como para poder hablar en términos de formadores o productores de hegemonía. Pero considero que los contenidos discursivos producidos sí tienen algún impacto en el microclima político y mediático, quienes en su función de conducción política los resignifican críticamente para intentar una dirección intelectual de las masas.

Anónimo dijo...

Consigana TP 3
Karina Galera
El fenemos que elegi fue la nueva ley, aprobada recientemente de muerte digna, que no solo tuvo impacto en la sociedad marplatense sino en todas.
Para abordar este fenomeno desde mi perpectiva, lo mas adecuado es tomar el concepto de biopoder de Foucault, ya que lo va a utilizar para introudcir el tema del poder soberano para dejar de centrarse en el derecho a matar y comienza a preocuparse por el control y la regulacion a la vida. Las nuevas tecnologias de poder que surgen en el siglo XVIII a partir del siglo XIX una inversion del poder soberano, es aca donde el estado se deja el derecho a hacer vivir y dejar morir. Es con este concepto como podes analizar esta nueva ley donde se puede decidir sobre la vida pero tambien sobre la muerte en casos terminales, hoy en dia podemos decidir como vivir pero tambien como morir, evitando el sufrimiento que en muchos casos se pasan por etapas que se podrian evitar, ya que el final se sabe desde el principio.

Anónimo dijo...

Consigna2. Martina Castro
En las últimas décadas son incuestionables las complejas transformaciones que han presentado los estados latinoamericanos. Luego de diez años de regímenes neoliberales y de una participación del aparato estatal restringida a la administración, asistimos en la actualidad a la formación de un proceso de estatalidad que pretende ser radicalmente nuevo: la historia se acelera, la democracia gana terreno, surgen nuevos actores y nuevas posturas, lo que conduce a una también nueva diferenciación social (construcción de identidades y surgimientos derechos particulares como así también nuevas concepciones de resistencia y de poder). El creciente avance de la actividad económica, el incesante incremento de la ciencia y la tecnología son sin duda la constante donde impera la fragmentación de los vínculos sociales, pero al mismo tiempo nuevos desafíos y posibilidades para la configuración de la vida social y para los procesos de transformación. Sin embargo y a pesar de las similitudes en la región, es necesario dejar en claro que el concepto de Estado latinoamericano no es uniforme ni lineal y presenta características que son propias de cada territorio. Aclarando esta cuestión partimos para el análisis de que durante dos décadas el debate sobre la estatalidad latinoamericana se centró en las debilidades de gerenciamiento y gestión de los Estados cediendo su poder en manos de grupos financieros internacionales. En la actualidad el Estado latinoamericano, ha abandonado las premisas de los organismos multilaterales de crédito y se presenta como el nuevo gran articulador de las relaciones económicas, financieras y sociales. Dejando atrás el paradigma neoliberal que signó los años anteriores de olas enormes de corrupción y participaciones ciudadanas inconsistentes y burocráticas, encontramos hoy un Estado más vinculado a la profundización democrática, volcado al mercado interno y a las medidas de carácter social e integrador con las naciones de la región. En este sentido el nuevo paradigma estatal incorpora también nuevas dimensiones de participación social y abre un complejo abanico sobre las potencialidades de su transformación, pero las huellas del neoliberalismo se evidencian en la vida democrática actual.
Con respecto a la capacidad de transformación propia de los nuevos Estados, los conceptos aportados por Rosanvallón parecen echar luz sobre ciertas cuestiones de nuestra ciudadanía. El francés sostiene que el hombre contemporáneo parece haber perdido confianza en la idea de progreso y que los años de modelos políticos donde la participación ciudadana se vio altamente fragmentada dieron lugar a fomentar la desconfianza en los ciudadanos que se sienten hoy inmersos en una sociedad de riesgo donde la desconfianza parece ser la única salida. En esta nueva forma de concepción y percepción del poder que describe el autor el ciudadano contemporáneo se conforma cada vez menos con otorgar periódicamente su confianza en el momento de votar y pone a prueba a sus gobernantes. Es esta actitud que se ha transformado en una característica esencial de la vida democrática actual. El hombre moderno sabe que el espacio común se construye día a día y que debe estar atento al riesgo de corrupción del proceso democrático a la vez que desarrolla una actitud crítica hacia el modelo republicano creando lo que Rosanvallón llama Contra democracia. Si bien existen para el autor nuevas formas de participación que socavan la democracia, sostiene que estas sirven también para revitalizarla, otorgando al ciudadano el rol de interpelador de lo público.

Anónimo dijo...

Ahora bien, en el contexto actual y teniendo en cuenta lo sostenido más arriba, parecen quedar algo anacrónicos los postulados de John Holloway quien habla de cambiar el mundo sin tomar el poder en referencia al papel del Estado en las sociedades modernas que para el autor queda restringido a ser un vehículo del capitalismo. Si bien las nociones que expone pueden ser criticadas por considerarse que tomar el poder en la sociedad actual no es un modo posible de transformar la sociedad, y abolir el Estado un imposible, cabe destacar que a pesar de su reestructuración, el nuevo Estado latinoamericano enfundado con los ropajes de la integración social no ha transformado las bases que lo sustentan. El capitalismo sigue siendo el modelo que mantiene activas las relaciones de poder y dominación que el Estado regula, esta vez con un guante más suave. En este sentido las categorías propuestas ser utilizadas para pensar las relaciones de poder en la actualidad no ya por fuera del Estado sino revelando la coexistencia de sus intereses con los del patrón de acumulación que lo sostiene a pesar de sus mutaciones históricas.

Carol dijo...

Carolina Tavano MA 17355
CONSIGNA 2.

Una primera observación necesaria antes de reflexionar acerca del Estado, al igual que de cualquier institución, es la contextualización temporal y espacial de las teorías que nos proponemos analizar. A mi entender el Estado es una de las instituciones más dinámicas por estar fuertemente ligada a la coyuntura social, económica, cultural y por sobre todas las cosas, política. Es por esto, que es necesario hacer un primer salto analítico, al tomar las teorías de Holloway, Deleuze y Rosanvallon para observar el Estado latinoamericano, específicamente argentino, dado que todos ellos son teóricos que escribieron en un contexto europeo (dos de ellos de origen francés, y uno irlandés). Si bien sus reflexiones pueden en algunos casos tener un alcance global, el contexto que les preocupa es siempre el más cercano a ellos, en el cual se encuentran inmersos. Por otro lado, en el caso de Deleuze, otra dificultad la encontramos en la época en que desarrolló la obra (1988), no así con Holloway (2002) y Rosanvallon (2007). Si bien las teorías pueden servirnos a modo de “tipo ideal” para comparar en este caso una institución específica, creo que los autores abordados, por los elementos señalados anteriormente, son más útiles para marcar distancias o diferencias, más que similitudes.
Desde la perspectiva teórica de Holloway, basada esencialmente en una crítica al capitalismo, el cambio social al cual apunta sólo podría entenderse en términos totales, logrando un cambio profundo en las relaciones sociales globales. Holloway critica a los movimientos reformistas o revolucionarios del SXX, afirmando que el error en su filosofía de cambio social se basó en tener como objetivo la toma del poder estatal como paso imprescindible. De esta forma, prima una noción fetichizada del Estado, considerándolo como instrumento, y no como el nodo central del conjunto de relaciones sociales que se establecen no al interior de una frontera territorial/nacional, sino a partir del capitalismo, de la organización del trabajo que afectaría a todas las dimensiones sociales. De esta forma, el Estado no sería el instrumento por excelencia para lograr el cambio social, sino todo lo contrario: las luchas por alcanzar el poder del estado, serían una reproducción de las relaciones de poder; y para Holloway, el verdadero cambio social reside en la anulación de las relaciones de poder.
Ahora bien, a mí entender este objetivo es aún más lejano que el objetivo revolucionario del Marx del SXIX. Algunos teóricos (como Foucault) describen a las relaciones humanas como esencialmente relaciones de poder, al margen de modelo de acumulación predominante. Sin ahondar en esta discusión, creo que si nuestra noción del cambio social es esa, nunca habrá un cambio, y se invisibilizarían las transformaciones políticas, sociales y económicas que en los últimos años han tenido lugar en Argentina.

CONTINUA

Carol dijo...

CAROLINA TAVANO.PARTE 2

Con respecto a la propuesta teórica de Rosanvallon y el concepto de “Contrademocracia”, creo que es un enfoque muy útil para comprender lo que ocurrió con la política en Argentina desde fines de los ’90, y con más fuerza a partir del estallido de la crisis en el 2001. La “sociedad de la desconfianza” como la describe el autor, se esboza por la pérdida de confianza en diversos pilares, tales como las instituciones económicas (la pérdida de previsibilidad y proyección), la desilusión de los avances tecnológicos y científicos asociados a la idea de progreso/desarrollo (que conlleva la sensación de impotencia de las políticas públicas), y la pérdida de confianza social, por la profundización del desconocimiento, la pérdida de bases materiales para la confianza, que se asocia a la desconfianza de los gobiernos. Estos pilares que comienzan a desmoronarse con la crisis de la modernidad, esbozados por autores como Beck, pueden identificarse en América Latina con más fuerza durante el afianzamiento y crisis del modelo neoliberal, donde las promesas de inclusión al mundo globalizado y el desarrollo económico y social, se encuentran lejos de ser concretadas.
De esta forma, la desconfianza democrática se afianza y se expresa en diversas modalidades: los poderes de control, las formas de obstrucción, la puesta a prueba a través de un juicio. Estos tres “contrapoderes” dibujan una “contrademocracia”, es una forma de democracia que se contrapone a la otra, la democracia de los poderes indirectos diseminados en el cuerpo social, de la desconfianza organizada frente a la democracia de la legitimidad electoral. Creo que en este sentido la movilización popular que en diciembre de 2001 “derrocó” al gobierno democrático de F. De la Rúa, y se sucedió de una proliferación de prácticas políticas “paralelas” a las prácticas tradicionales (asambleas, movimientos sociales, organizaciones barriales, etc.), tomó la forma de una “contrademocracia”. Justamente, la pérdida de credibilidad y confianza en los gobiernos, conllevó no una despolitización de la sociedad, pasividad o desinterés, sino a una “impolitización”, de forma tal que se profundizó la distancia entre sociedad civil e instituciones.
Sin embargo, a partir del 2003-4 puede verse cierto proceso de fortalecimiento de la democracia representativa, la recuperación de la legitimidad y la confianza, a partir de la progresiva “rehabilitación” de la crisis, y la constatación popular de los cambios logrados a través de los gobiernos en curso. En este sentido, aún pueden identificarse algunas formas de control, obstrucción, “contrapoderes” por una latente desconfianza (el programa de J. Lanata, los incipientes cacerolazos de la clase media/alta), sin embargo creo que predomina la recuperación de la confianza, en contraste con la década anterior. (cont)

Carol dijo...

CAROLINA TAVANO (PARTE 3)
Por último, la metáfora mediante la cual Deleuze describe al Estado, como “Aparato de Captura”, también está directamente ligada a la concepción del Estado capitalista, que nace como necesidad del capitalismo, y es requisito de reproducción. Es el Estado el que codifica el territorio como tierra, la actividad humana libre como trabajo y el intercambio como moneda. Estas codificaciones hacen que el Estado, como garante último de toda acumulación, no se pueda separar de la violencia, como Weber denominaría, el ejercicio legítimo de la violencia, a través de su poder de policía.
En base a los tipos de Estado “totalitarios” o “liberales”, el Estado argentino puede entenderse como un Estado más liberal, flexible, con una axiomática abierta, que admite nuevos axiomas de acuerdo al devenir de las problemáticas emergentes. La “sobrecodificación” permanente que caracteriza a los estados contemporáneos, permite la sustracción o adición de axiomas ordenadores de los flujos que hacen variar las políticas sociales y económicas entre el “neoliberalismo” y la “socialdemocracia”. En este sentido, creo que el actual gobierno puede comprenderse como teniente a un tipo de Estado socialdemócrata, en el sentido de que tiende a la adjunción de axiomas (inversión pública, seguridad social, generación de empleo), en oposición a un Estado más totalitario, neoliberal, que apunta al control a través de axiomas monetarios. La sobrecodificación de flujos desde el “centro” capitalista mundial, puede identificarse con las épocas de implementación de recetas neoliberales en América Latina, donde éstos Estados se constituían como periféricos y subsidiarios al centro económico mundial.

Anónimo dijo...

García María Eugenia. Matrícula 17089
Consigna 5

Estos tres autores, Foucault, Deleuze y Holloway, aportan elementos interesantes para pensar la relación entre Estado, sociedad y poder. Foucault parte de la idea de la transición de la sociedad de soberanía, hacia la sociedad disciplinaria, cuya crisis da cuenta de nuevas fuerzas que se irán instalando lentamente. Según Deleuze, será reemplazada por las sociedades de control. En este sentido profundiza la propuesta de Foucault, trascendiendo el análisis de lo que se esta instalando, un nuevo régimen de dominación. Mientras que Holloway piensa el poder por fuera del Estado, no quién lo detenta, sino que es necesario cuestionar su existencia en sí misma.
Las instituciones, entendidas como lugares de encierro, son moldes, y los controles son modulaciones. En las sociedades disciplinarias siempre se estaba empezando de nuevo, de la escuela al cuartel, del cuartel a la fábrica. Mientras que en las sociedades de control nunca se termina nada. En las sociedades disciplinarias el poder es al mismo tiempo individualizador y masificador. La técnica disciplinaria está centrada en el cuerpo, produce efectos individualizadores, lo manipula como foco de fuerzas que hay que hacer útiles y dóciles a la vez. Mientras que la tecnología regularizadora se centra en la vida, reagrupa los efectos de masas propios de una población que procura controlar acontecimientos riesgosos. Ambos conjuntos de mecanismos se conjugan bajo el concepto de biopoder. No son del mismo nivel, uno remite a las instituciones y el otro al Estado. No se excluyen, sino que se articulan uno sobre el otro. El elemento que circula de lo disciplinario a lo regularizador, que permite controlar el orden disciplinario del cuerpo y los acontecimientos aleatorios de una multiplicidad biológica al mismo tiempo, es la norma. Así el poder atraviesa todo recoveco y cubre toda la superficie, de lo orgánico hasta lo biológico. El exceso de biopoder aparase cuando el hombre tiene técnica y políticamente la posibilidad de disponer de la vida y de hacerla proliferar, de fabricar lo vivo, lo monstruoso y en el límite, virus incontrolables. De esta manera nada escapa al control, por lo que los límites para pensar por fuera del poder, ya está prefijado por el poder mismo. No hay posibilidad de pensarlo por fuera de esos límites que impone.

Anónimo dijo...

(continuación)

Para Deleuze el Estado sobrecodifica, se constituye como aparato de captura, máquina de esclavitud, que implica una propiedad, una moneda, un trabajo público. El Estado hace resonar al mismo tiempo puntos de orden muy diverso, particularidades geográficas, étnicas, lingüísticas, morales, etc. Su poder central es jerárquico y sólo por subordinación puede reunir lo que aísla, o sea mediante la codificación y la territorialización. Pero en la sociedad de control, el capitalismo se forma con una axiomática general de los flujos descodificados. Podría pensarse que cuando los flujos alcanzan el umbral capitalista de descodificación y de desterritorialización (trabajo puro, capital independiente), ya no hay necesidad de Estado, de dominación política y jurídica independiente, para asegurar la apropiación que ha devenido económica. De esta manera el capitalismo moviliza una fuerza de desterritorialización que desborda al propia del Estado. El capitalismo no es territorial, siendo que tiene por objeto, ya no la tierra sino el trabajo materializado, la mercancía. Esto lo logra mediante el desarrolla un orden económico que podría prescindir del Estado, esto no significa que se anulan, sino que cambian de forma y adquieren un nuevo sentido. El Estado deviene modelo de realización para la axiomática capitalista. El único contexto válido son las equivalencias en valor de cambio. Es el mercado quien homogeneíza reduciendo tanto objetos como relaciones sociales, a un valor.
Holloway por su parte, sostiene esta última idea de Deleuze, siendo que las relaciones capitalistas van más allá de los límites territoriales. La mediación de las relaciones sociales por el dinero significa una desterritorialización de esas relaciones, los componentes de las transacciones capitalistas (comprador, productor, vendedor, entre otros) no se hayan en el mismo territorio. Las relaciones capitalistas nunca han estado limitadas por las fronteras estatales. Este capitalismo es la base sobre la que se organiza el Estado. Este sistema produce una fragmentación del flujo social, alguien se apropia de la proyección más allá del hacer y comandan a otras para que ejecuten lo que ellas han concebido. Esta forma de poder rompe con el nosotros, la colectividad se bifurca entre quienes poseen la propiedad de los medios de hacer que comandan a otros a que hagan, y en aquellos que están privados del acceso a los medios de hacer, que hacen lo que otros dicen. Ante esta ruptura del flujo social, el capital adquiere dinámica por sí mismo y los miembros de la sociedad son sus sirvientes, el sujeto no es el capitalista, el sujeto es el valor, que domina el mundo. El valor en la forma de su equivalente universal y visible, el dinero, lo que separa nuestras vidas en partes y las vuelve a unir en un todo resquebrajado. La lucha para liberar el hacer del trabajo enajenado, para liberar la subjetividad de su objetivación, no consiste en poder contra poder; sino en un anti- poder que es la disolución del poder que bifurca a la sociedad. El objetivo es crear un mundo basado en la construcción de relaciones sociales que no sean relaciones de poder, pero si no hay poder, ¿qué hay?

Ivana Ratto dijo...

Si Gramsci viviera, se asombraría de que sus planteos de poco menos que un siglo tuvieran tanta vigencia y alta relación con la realidad. Iluminado por la sombra del fascismo y amargado por el sabor de la derrota del fervor revolucionario, el famoso intelectual de izquierda pensaba en el dilema de un sistema de explotación capitalista cada día más establecido en Europa Occidental. En esta ocasión retomamos su planteo para la Argentina en la actualidad, marcada por el ascenso vertiginoso del kirchnerismo como elenco político desde el 2003. Esa irrupción en la realidad política del pais ha generado una suerte de grupos congregados ya sea a favor o en contra de dicha fuerza, cumpliendo en términos gramscianos la función de intelectuales. También podríamos advertir que estos grupos han generado, contribuido a la definición del kirchnerismo y su representación en la sociedad.
Gramsci sostiene que un grupo social que tiende a la hegemonía lucha por la asimilación y la conquista ideológica de los intelectuales tradicionales, tanto más rápida y eficaz cuanto más el grupo dado elabora simultáneamente los propios intelectuales orgánicos. Entre éstos podríamos pensar en el grupo Carta Abierta y el más reciente Argumentos, cuyos miembros provienen de distintos círculos, con diversas trayectorias en instituciones del país.
En este sentido, Eduardo Jozami escribía para Página 12, que Carta Abierta nació como respuesta a la ofensiva de las patronales agropecuarias y los medios que pretendían deponer al gobierno de Cristina Kirchner, y plantea una coyuntura marcada por “el cambio (que) ha sido vertiginoso hasta llegar a la situación actual caracterizada por la hegemonía kirchnerista en lo político y cultural”, lo que se traduce –según Jozami- en el consenso social que existiría en la actual sociedad avalado en octubre del año pasado con el gran respaldo de las urnas.
Alejandro Grimson por su parte vocero de Argumentos, señala de manera sugestiva que “la teoría social nos ha enseñado que el poder real no siempre está en manos de los gobiernos y nunca un gobierno concentra todo el poder. No reconocer las tensiones entre gobiernos electos y poderes corporativos en la realidad latinoamericana actual plantea serios riesgos políticos.” Dicha reflexión podría agregar más elementos al planteo básico de Gramsci. A su vez, combate el discurso que denuncia Plataforma, el grupo de intelectuales contrarios al actual proyecto político. Este nucleamiento de intelectuales, hacen una critica de los grupos antes mencionados al “desnudar”, en términos gramscianos, que la organicidad que ellos mantendrían al operar, tanto en la sociedad civil, (el conjunto de los organismos privados en los cuales se debaten y se difunden las ideologías necesarias para la adquisición del consenso), como en la sociedad política o estado, donde se ejercita el “dominio directo o de mando que se expresa en el Estado y en el gobierno jurídico”. Por otra parte, estos intelectuales son denunciados como funcionales a otros intereses espurios, tal diversidad nos invita a seguir pensando a Gramsci.

Marcelo Gomez dijo...

Marcela Moschella
Consigna 1
Gramsci localiza el control de la conciencia, o sea el pensamiento del hombre, en un ámbito de lucha política muy importante (tan importante como el control de las fuerzas de producción) que se asienta en el papel del Estado.
El Estado es el ente o parte constitutiva de la sociedad civil y el instrumento de dominación por excelencia, que a través de la hegemonía (es decir de la lucha por el control de la conciencia) actúa en favor de la clase dominante.
Éste autor define dos tipos de intelectuales: el intelectual profesional tradicional y el orgánico. La mayor parte de los intelectuales son orgánicos a la clase dominante, tienen origen en esa clase y ayudan en la dirección de las ideas y aspiraciones de la clase a la cual pertenecen. Las clases dominantes penetran en las clases subordinadas para obtener otros intelectuales que den la homogeneidad y legitimidad al grupo dominante, para crear una ideología que trascienda a las clases.
Esos intelectuales captados de la clase trabajadora cesan de ser orgánicamente ligados a El intelectual, seria el que se dedica al estudio y a la reflexión critica sobre la realidad y el que comunica sus ideas con la pretensión de influir en ella, alcanzando un estatus de autoridad ante la opinión pública.
Generalmente es proveniente del mundo de la cultura, como creador o mediador, que interviene en el mundo de la política defendiendo propuestas o denunciando injusticias. Producen o extienden ideología al defender ciertos valores.
El intelectual orgánico de la clase trabajadora , esta orientado a buscar la relación entre la organización o el partido político y las masas, como una relación entre educadores y educados, para la conquista y la transformación de los aparatos del Estado, que generen las condiciones, para crear una nueva hegemonía que transforme a la sociedad civil.
La intelectualidad seria el colectivo de intelectuales que se agrupan según su proximidad nacional o ideológica y sus funciones se refieren a la crítica, el debate, al ejercicio de una conciencia lucida y de una mirada atenta a la realidad de su época.
Plataforma 2012 es un grupo de intelectuales que hicieron una declaración muy crítica hacia el gobierno K, y también hacia Carta Abierta, con la cual confronta sobre el rol que los intelectuales tienen que cumplir, acusándolos de "perder la capacidad crítica en pos de defender al gobierno"; por eso llamaron a su declaración “Para la recuperación del pensamiento crítico”. Este grupo dice estar en contra del llamado “discurso hegemónico” del gobierno K.
Las contradicciones inherentes al interior del grupo, son evidentes, donde convive una posición de horror ante las movilizaciones masivas (Beatriz Sarlo) con un constitucionalista crítico defensor de la protesta social (Roberto Gargarella).
Plataforma 2012 define al kirchnerismo como un gobierno con pretensiones de hegemonía, control social y silencioso ante las represiones contra la protesta social.
Y le reprocha a Carta Abierta que sean “intelectuales orgánicos”, resulta entonces inevitable asociarlos a la Oposición ya que sobre ella no realizan ningún juicio condenatorio, siendo también parte responsable de las decisiones públicas ejecutadas.
Si bien es una obligación del intelectual criticar al gobierno y cuestionar las leyes que se consideren negativas, tampoco hay que dejar de reconocer públicamente que hubo logros y avances muy importantes en muchos otros temas, porque lo que se tiene que debatir no es una medida aislada, sino fundamentalmente un rumbo, una dirección, un modelo de país y una estrategia para lograr que los seres humanos vivamos en un mundo mejor y más justo.

Marcelo Gomez dijo...

Moschella (cont)
El hecho de que el filósofo José Pablo Feinmann y algunos integrantes del espacio “Carta Abierta” hayan salido a criticar la ley antiterrorista o a cuestionar otras medidas gubernamentales, no implica que se hayan dado vuelta, como afirman los medios opositores, ni que pongan en tela de juicio un rumbo y una dirección en la política del gobierno.
Porque saben que el verdadero enemigo son los grupos monopólicos de la economía concentrada que representan los intereses del neoliberalismo.
Estoy convencida de que ese es el verdadero “cuco” de todo este tema y no el gobierno, las mafias económicas, las corporaciones, los grandes grupos de la economía concentrada, la especulación financiera, etc. que llevaron a la humanidad a la más preocupante crisis de civilización y que influyen de manera fundamental en las condiciones en las que se desenvuelven los países y los gobiernos.
El verdadero “fantasma” en este debate no es el gobierno (incluso cuando se le puedan criticar muchas cosas), sino todas las calamidades provocadas por la actual fase del capitalismo (como el fenómeno de la exclusión, la rotura del entramado social, la destrucción del empleo, la ausencia de un futuro, la caída del sentido de la vida contemporánea) y las condiciones de existencia en donde no sólo los gobiernos están involucrados, sino cada uno de los seres humanos.
La crítica tiene que ser un poco mas prudente y debe interesarse por un contexto de época, tiene que considerar el reconocimiento público de los objetivos alcanzados y apreciar las cosas bien hechas, porque sino sólo sirve como un elemento de desestabilización política. La hegemonía debe interpretarse como preeminencia, como predominio. Entonces no se puede aceptar que se hable de un discurso hegemónico cuando no existe un La primacía ideológica se gana en la conciencia de la gente, en combate con otro discurso. Pero en el caso de nuestro país, podríamos preguntarnos si existe realmente un discurso alternativo. ¿Se encontrara quizás en los titulares de los diarios opositores o en las propuestas de los comunicadores de los multimedios como Clarín, o más bien tal vez en las plataformas electorales de los últimos candidatos presidenciales?
Lo mas interesante del grupo “Plataforma 2012”, no se encuentra en lo que ese grupo dice o hace, sino en el hecho de su propia existencia, que demuestra, en contra de sus propias opiniones, un avance en la vida democrática y señala que actualmente en la Argentina, gracias a las políticas de Estado, se puede criticar y debatir libremente sin temores ni censuras.Últimamente también se escuchan voces expresando su necesidad de preguntar (medida corporativa de Lanata) pero estas voces deben tener en claro que no solo hay que hacerles preguntas al poder político, sino también al poder económico (como diría cierto periodista).

Anónimo dijo...

BACCIADONE AGUSTINA Mat. 17074
Consigna 1:
Siguiendo el planteamiento de Gramsci de que un intelectual es tal sólo en la medida en que ocupe una función de intelectual en la sociedad, pensaba quién le da a estos tres grupos en particular el lugar o la placa de “intelectuales”.
Es interesante remarcar también que, según este autor, todo grupo social construye a sus intelectuales, y partiendo de que todos los grupos sociales tendrán constituciones e ideologías diferentes, se espera que sus intelectuales no sólo defiendan sino que también sean los que forjan la constitución del grupo y los planteamientos ideológicos.
A partir de ésto, quise inspeccionar cómo cada uno de estos tres grupos se presentaba a sí mismo, (visitando sus páginas de internet). En primer lugar, Argumentos se presenta como una revista de crítica social, que tiene como objetivo articular la producción académica y el análisis de los acontecimientos que se desarrollan en el país. Se propone, entonces, originar un nuevo estilo de escritura no homologable a los informes de investigación ni a las notas periodísticas. Pero si bien no se presentan como una revista científica, es eso justamente, al menos a simple vista, lo que parece. Plataforma 2012 se presenta, en cambio, como un un grupo de académicos, artistas y trabajadores de la cultura, unidos por vínculos profesionales y, preocupados por las violaciones de derechos humanos de ayer, y también de hoy. Como una Plataforma para la recuperación del pensamiento crítico, una iniciativa de un grupo de trabajadores de la cultura, reconociendo que hay una necesidad social de configurar un pensamiento crítico. Es un colectivo horizontal y en formación con la idea de fomentar la apertura y salir de la dicotomía que se viene planteando en el ámbito intelectual. Y Carta Abierta se presenta como un espacio no partidario ni confesional conformado por personas de la cultura, la educación, el periodismo, las ciencias, el cine, las artes, la poesía y la literatura, entre otras disciplinas. Surgió en marzo de 2008, en defensa del gobierno democrático amenazado por el conflicto suscitado por las patronales agropecuarias, y distinguiéndose siempre por la preservación de la libertad de crítica. Se trata, pues, de una iniciativa ciudadana, plural, democrática, horizontal y participativa, que se expresa por medio de su Asamblea y por sus escritos públicos conocidos como Cartas Abiertas. Sus reflexiones, debates y elaboraciones sugieren un novedoso modo de intervención política que también se materializa en Comisiones de Trabajo sobre diversos temas que hacen al interés público.

Anónimo dijo...

AGUSTINA BACCIADONE (2da PARTE)


Si bien estos tres grupos de intelectuales están condicionados por la Academia científica, por esfera cultural y también por la política (todos, o casi todos los integrantes de estos grupos han transitado la el ámbito universitario, así como también en los tres grupos hay fuertes promotores y productores de cultura, y gente con ideologías políticas, que en muchos casos se canalizan en acción política también), sucede que me pareció posible realizar el ejercicio de encasillarlos. Argumentos claramente representa a la comunidad científico-académica, Plataforma es un espacio marcado por la prensa escrita, y la cultura en general, representaría más bien a mucha gente de clase media, o alta, que tiene o intenta forjar una visión crítica de los acontecimientos mediante la nutrición que les brinda un cocktail de medios de comunicación; y, por último, Carta Abierta, al albergar a muchos filósofos y gente dedicada a la política como vocación, tal vez representaría, a gente que además de forjar una visión crítica de la sociedad, intenta utilizar la vía política para cambiarla. Este ejercicio viene solamente a colación de que, realmente, no creo que ninguno de estos tres grupos sea representativo de la sociedad en su conjunto (si es que sería capaz de existir un grupo que cumpliera tal labor), y no creo, tampoco que ninguno de estos grupos sea capaz de construir hegemonía. Una hegemonía se construye si tiene sus cuadros, sus elaboradores. Los intelectuales son los cuadros de la clase dominante económica y políticamente, son los que elaboran la ideología. Los intelectuales --dice Gramsci-- son los "persuasores" de la clase dominante, son los "empleados" de la hegemonía de la clase dominante. ¿Es diferente en la Argentina del 2012?

Me centraré en la dupla Carta Abierta – Plataforma, para proponer que siempre que los intelectuales están siendo útiles o favorables a un sector de poder, son desfavorables a otros y más en un contexto de rivalidad como el que ha tomado forma en nuestro país. Partiendo del supuesto de que Carta Abierta es una especie de grupo de “intelectuales orgánicos” del gobierno, habría que decir que, no alcanza sólo con que configure lineamientos ideológicos, o que marque el rumbo de la hegemonía, sino que también es necesario que defienda al poder político de una serie de señalamientos que vienen fijados desde otros grupos de intelectuales: a veces Plataforma. Entonces aquí se plantea otra cuestión: ¿Cómo hace un grupo de intelectuales para interpelar diréctamente al poder político? Debe estar investido, al menos, de los privilegios que brinda otro tipo de poder: llámese poder económico, llámese prestigio social de quienes firman, llámese capacidad de llegada a la opinión pública por el lugar que se ocupa en los medios de comunicación. Es particularmente paradógico cómo quienes tienen a su cargo la mayor capacidad de construir hegemonía, son quienes versan por el sostenimiento del pensamiento crítico del el poder político, y no (por ejemplo como hace la Sra Beatriz Sarlo, sólo un eslabón del grupo Plataforma) de los grandes grupos de poder económicos. Y también cómo, quienes dicen en su blog estar preocupados por las desigualdades de ayer y de hoy, sean los mismos que son funcionales más de una vez, a los sectores que producen (y muchas veces pretenden ocultar) esas desigualdades.

Anónimo dijo...

AGUSTINA BACCIADONE (3ra y ultima parte)

Lo cierto es que la cuestión de poder está centralmente presente. Y el poder de las clases dominantes sobre las clases sometidas en el modo de producción capitalista, no está dado simplemente por el control de los aparatos represivos del Estado, pues si así lo fuera dicho poder sería relativamente fácil de derrocar (bastaría oponerle una fuerza armada equivalente o superior que trabajara para el proletariado); dicho poder está dado fundamentalmente por la "hegemonía" cultural que las clases dominantes logran ejercer sobre las clases sometidas, a través del control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación. A través de estos medios, las clases dominantes "educan" a los dominados para que estos vivan su sometimiento y la supremacía de las primeras como algo natural y conveniente. Hay que reconocer que en el contexto en el que escribe Gramsci, tanto el Estado como el concepto de Hegemonía tenían un lugar diferente del que ocupan ahora: el Estado nacional, al menos como fue construido a principios del siglo XX ha sufrido una serie de configuraciones que, si bien no lo desmantelaron, lo han dejado tal vez en un lugar secundario en cuanto a la distribución de poder en el mundo; y por lo tanto, la Hegemonía también ha sido víctima de aquel proceso de cambio mundial. Hoy en día el Estado no es el único productor o propietario de la Hegemonía, y esto está intrínsecamente relacionado con la cuestión de los intelectuales.

Para qué están los intelectuales, ¿entonces? Para ser serviles al poder, para interpelarlo, para “preguntar”, para tratar de comprender la realidad y generar pensamiento y conciencia críticos? Estos tres ejemplos propuestos por la cátedra parecerían complementarse, para formar un gran grupo de intelectuales que buscan rigor informativo, posturas críticas y acción política. Y si bien existen entre ellos diferencias, a veces irreconciliables, en el contexto en el que vivimos es necesario nutrirse de los aportes de los tres tipos de intelectuales. Lamentablemente para Gramsci y para muchos de nosotros, los intelectuales han dejado de ser importantes cuadros polítcos (como eran en la Italia del autor) para ser, en muchos casos, agentes de propaganda y funcionar a modo de corporaciones de ideas y ya no con conciencia crítica, entendida al menos como una construcción de la realidad que surge de criticar todo, como método, y no de criticar sólo un aspecto de la realidad, o a los que no me simpatizan.

.azucena. dijo...

https://www.dropbox.com/s/dbsz4atg4rbqobk/Enlace%20hacia%20tp3.odt


Robledo,Maria Susana, 16190.

Anónimo dijo...

Pilar Bonnet, Mat: 17318
Consigna n°3:
(Perdón por el retraso!)
Pienso en el fenómeno del paro o huelga de los empleados de los tribunales civiles y comerciales de la justicia de la Provincia de Buenos Aires como un suceso de alto impacto en la ciudad de Mar del Plata.
Este fenómeno dejo y deja literalmente “sin justicia” a la ciudadanía que recurre al Estado para dirimir sus diferencias u obtener declaraciones por parte de los jueces (divorcios, herencias, filiaciones, obligaciones pecuniarias, etc) o sentencias de contenidos patrimonial.
Este grave y prolongado hecho, transforma una institución clave del Estado (el aparato judicial) en un club de activistas políticos, preocupados solo por sus intereses. Es el Poder Judicial y su actividad principal, el servicio de justicia, de las actividades indelegables del Estado moderno.
Sin embargo, los empleados estatales judiciales en una franca lucha contra el Poder del Estado Provincial, lo desafían y no acatan la orden de conciliación obligatoria que otro organismo del Estado (Ministerio de Trabajo) les imparte. Es, a mi entender, un lucha de poder y por el poder dentro de una institución del Estado.
Este poder parece aquel de la obra de Holloway, satánico, convertido en un fetiche horrendo que contamina a todo aquél que osa tomarlo en sus manos.
Siguiendo a Holloway, el poder aparece como una cuestión que se refiere exclusivamente al dominio político, desoyendo la necesidad de concebirlo antes que nada como una cuestión que se arraiga en las personas y que desde allí se proyecta sobre el plano de las superestructuras políticas estatales.
Esta lucha por el poder, que pareciera estar encabezada desde Mar del Plata hacia la provincia, trata, a decir de Foucault, de captar el poder por el lado del extremo cada vez menos jurídico de su ejercicio. Tomar el poder en sus formas y sus instituciones más locales, que desbordan las reglas que lo organizan y van más allá de ellas. Tanto es así, que ni siquiera el poder político municipal, puede atenuar esta lucha de intereses.
Nosotros, El Soberano, ajenos y victimas de esta lucha encarnizada, soportamos y nos desilusionamos al mismo tiempo, sabiendo que nada se gana con intentar “tomar el poder”, o “conquistar el poder del Estado,” porque tal estrategia ha fracasado rotundamente.

Anónimo dijo...

TP 3, Eleonora Zuviarrain, Consigna 5.

Foucault plantea el concepto de Biopoder como la capacidad del Estado de regular las relaciones sociales mediante la estatización de lo biológico como forma de ejercer poder, excediendo la voluntad y constituyendo a los sujetos, expandiendo una red de lazos de sujeción y sometimiento. Desde aquí no puede haber áreas que el Estado no controle, donde no este presente. La sociedad civil es absorbida por el Estado, donde la sociedad pasa de constituirse como conjunto de individuos a ser un conjunto colectivo, una población donde el poder se unificara, y unirá todos los elementos de la vida social.
Retomando desde el derecho soberano de hacer morir, se pasa en el siglo XIX al derecho del Estado de hacer vivir, tomando control sobre los mecanismos biológicos de supervivencia, captando el poder desde el extremo menos jurídico de su ejercicio. Se pasara de técnicas de disciplinamiento del cuerpo individual a través de instituciones, como forma de control y poder, a técnicas de poder no disciplinario que se aplicaran a la vida de los hombres, no como individuos, sino como especie, como población, que normalizaran, regularan, controlaran y vigilaran el cuerpo colectivo, desde una biorregulacion ejercida por el Estado. Esta nueva tecnología del poder, de control de la vida, se centrara en los procesos de natalidad, mortalidad y longevidad, que se convertirán en objetos del saber biopolitico, constituyendo nuevas disciplinas, como demografía, estadística, urbanismo, y campos de conocimientos múltiples, que intervendrán en la población en su totalidad, como salud y salubridad publica, fecundidad y morbilidad, escolarización de masas, sobre los que querrán regularizar para operar directamente sobre las fuerzas de vida, y así el poder atravesara y se hará presente en cada rincón de la sociedad, como una tecnología regularizadora.
Estos dos conjuntos de mecanismos, disciplinario y regularizador, están articulados, conformando un círculo donde la norma actúa como elemento unificador de este biopoder. Pero al momento de ejercer este poder, las contradicciones aparecen, como es el ejemplo del poder atómico. Se puede ser soberano y utilizar la bomba atómica, que mataría la vida misma, dejando fuera la opción del biopoder como asegurador de la vida, o aparecería el exceso del biopoder sobre el derecho soberano. Este exceso aparecería cuando el hombre tiene técnica y políticamente la posibilidad de mantener y aumentar la vida, fabricando lo vivo y lo destructor, lo que desbordaría cualquier soberanía humana. Resolver esto seria retomar el concepto de racismo como forma de ejercer el derecho soberano a matar y establecer lo que debe morir o vivir, en base a una selección natural darwiniana, quedando toda forma biológica de vida humana como objeto de poder y sujeta a normalizaciones para la regeneración de la raza y evolución de la misma.

Anónimo dijo...

TP 3, Eleonora Zuviarrain, Consigna 5. (continuacion)

Deleuze también piensa el Estado como capaz de regular todas las relaciones sociales, desde el planteo de la sociedad de captura o control. Cada sujeto es un conjunto de flujos complejos que el Estado tratara de codificar, volviendo a la sociedad más plural. El hecho de no poder capturar todos los flujos hará que el Estado se vuelva esquizofrénico eliminando la posibilidad de ver la realidad, al sobrecodificar las cosas. El capitalismo sobrecodificara las cosas, los excedentes de producción marcaran las diferencias entre territorios, tomando la captura desde la codificación del dinero: como renta, como capital, y como salario. Respectivamente, sobrecodifica la renta de la tierra como territorio, el capital como dinero para intercambias cosas, y el salario como trabajo explotado. Le pone un valor a todas las relaciones sociales, ya que hace lo mismo al crear la propiedad privada, al codificar los bienes que era lo único que los esclavos podían detentar como propiedad. Ahora la sociedad de control busca ordenar esos flujos a manera de controlar la sobrecodificacion. Se pasa de depender de las instituciones como medidas de control y constitución del sujeto, al autocontrol, donde el poder de codificar no esta mas en el Estado sino en los ciudadanos, transfiriendo así la reproducción del poder a los sujetos, donde no esta mas centralizado y el castigo es ejercido por nosotros mismos.
Holloway plantea una visión del Estado y del poder, como bienes de uso. Se separaran ambos conceptos, y se los cuestionara, buscando superar las relaciones de poder establecidas. En vez de su conquista para gobernar, hay que pensar en cambiar el poder, en cuestionar su lógica. Están formados a imagen y semejanza del capitalismo, por lo que hay que dejar de pensar en lo que el poder quiere, para pensar en lo que deja de lado, para buscarle la vuelta constructiva al poder, y desterrar la visión destructiva que se tiene a manera general. La búsqueda de una revolución sin Estado, implica cambiar el mundo sin tomar el poder.

Anónimo dijo...

Mariano Malvica mat 16,127
Consigna N2.
A partir de los primeros años del siglo XXI comienza a producirse en la Argentina – como también en varios países de América Latina - un cambio en la manera de hacer política totalmente distinta a la que se desarrolló en el continente durante la década de los 80´s y 90´s. Se comienza a re pensar y evaluar los límites de las políticas neoliberales, y es a partir del 2003 que se inicia –en nuestro país- un proyecto político en el cual se va a plantar la política desde otra óptica y con otro tipo de intervención por parte del Estado.
Se vuelve así a un papel activo del Estado nacional en la economía, el mercado y la planificación, se puede decir que se produce una rehabilitación o recuperación del Estado y un rol más activo del mismo, que deja en segundo plano al mercado como autoregulador de las prácticas y a las empresas privadas como actores principales.
Es a partir de un numero de políticas implementadas durante los últimos seis o siete años (Asignación Universal por hijo, Estatización de Aerolíneas Argentinas, Estatización de las AFJP, Ley de medios audiovisuales, proyecto de las retenciones móviles a la soja, Estatización de Repsol, etc) que podemos hacer el ejercicio de pensar - desde los aportes teóricos que nos presenta Rosanvallon - el descontento de ciertos sectores de la sociedad y su organización política, con respecto al kirchenrismo en tanto gobierno de carácter representativo-democrático.
Podemos pensar como en los grupos de poder económico y los sectores más pudientes estas políticas generan desconfianza y una organización de los mismos a través de distintas practicas con coherencia y articulación. Así podemos ver la existencia de una contra-democracia (como democracia de los poderes indirectos diseminados en el cuerpo social) que se contrapone a la democracia legitimada por la instancia electoral. Estos sectores disconformes con las prácticas llevadas a cabo desde el gobierno encarnan la figura de “pueblo-controlador”, “pueblo-veto” y “pueblo-juez”. Donde lo que se busca es resistir ante prácticas que no consideran como favorables para sus intereses. Es importante el poder de obstrucción y de veto que pueden llegar a adquirir estos grupos: así una manifestación masiva, un cacerolazo o un paro pueden lograr que un gobierno revea y modifique su postura (se me viene a la cabeza el conflicto por las retenciones móviles a la soja o las modificaciones que se le hizo al proyecto de Ley de medios audiovisuales). Así el gobierno democrático no se define exclusivamente por la autorización o legitimación, está cada vez más estructurado por la confrontación permanente con diferentes categorías de veto proveniente de grupos sociales, fuerzas políticas y grupos económicos.

Anónimo dijo...

Malvica 2
Por otro lado, con Holloway podemos pensar que todos estos procesos de cambio social que se fueron desarrollando durante la última década no se pueden analizar y rastrear en su complejidad si hacemos foco únicamente en el control del Estado por parte de un determinado partido político. Mucho más rico puede ser un análisis que considere el poder que atraviesa a todas las relaciones sociales sobre las que se apoya el Estado Nacional, como lo es el poder y papel que juegan las burguesías nacionales, las entidades rurales (Sociedad Rural como máxima expresión de poder agrario) y los grupos económicos extranjeros. Es un error que ha pagado caro la izquierda revolucionaria y la izquierda reformista creer que a través del control del Estado es posible “cambiar el mundo”, sin tener en cuenta sobre que se basa ese Estado. Dicha abstracción del Estado respecto de las relaciones sociales de las cuales es parte, y su autonomía de las demás esferas, no permite una comprensión coherente de los cambios producidos. Así las relaciones de poder y el carácter capitalista de nuestra sociedad pueden ayudarnos a visibilizar mejor los cambios acontecidos en nuestro país y continente en los últimos años. Sin embargo no coincido con Holloway al mostrar cierto desinterés por el Estado, considero que es fundamental el potencial que él tiene para generar cambios en la sociedad, aunque es cierto que no hay que agotar toda explicación en él. Hay agentes con mucho poder por fuera del Estado y que de una manera influyen con igual o mayor peso en las decisiones y el rumbo de un país o continente. Todos estos cambios que se han producido en los últimos años lejos están de una disolución del poder – y creación de un antipoder- , lo que hay es un toma de poder por parte de partidos políticos que llegan a ser gobierno y se encuentran en conflicto constante con otros sectores sociales dotados de poder económico-politico-social.
Así, podemos considerar que en América Latina -y pienso en la experiencia Boliviana o Venezolana- se ha realizado una apropiación por parte del Estado de sectores claves de la economía de ambos países y esto ha desencadenado conflictos que más de una vez han se ha intentado derrocar por medio de las armas y la violencia el mandato de un presidente. Las políticas pueden ser vistas como “mesetas” atravesadas por múltiples acontecimientos conectados entre sí, donde no hay un solo aspecto que la defina. Siguiendo a Deleuze, el Estado pasa a controlar las relaciones internas de un país como también su relación con lo exterior, es su control jerárquico que lo organiza, y que le permite aspirar a subordinar a sectores poderosos. El Estado es visto como un aparato de captura que tiene un alto potencial de apropiación. Vemos, así, como aparecen - en el continente latinoamericano - Estados que se oponen a las prácticas neoliberales que desde los centros económicos mundiales de mayor poder intentaron y lograron convencer a millones de personas que era posible prescindir del Estado Nación como principal regulador: la economía – para el neoliberalismo- actuaría como una energía cosmopolita que derribaría todas las barreras entre los países y regularía los vínculos interpersonales.