jueves, 30 de junio de 2011

TEXTO DE APOYO UNIDAD 5 y Trabajo Práctico

Los textos están cubriendo dos temáticas distintas pero conectadas: por un lado, la cuestión urbana y comunitaria, y por otro, los movimientos sociales urbanos en nuestro país.
El manual de Light, Keller y ot. muestra la refutación sociológica de la presunción de sentido común acerca de la “jungla de cemento” y del carácter frío, impersonal y despiadadamente “societal” e interesado de la vida urbana. Las grandes ciudades tienen una fuerte dinámica de lazos personales, de identidades fuertes y solidaridad (“la aldea urbana”) pero que difieren fuertemente de las comunidades tradicionales de base étnica, religiosa o de tradiciones culturales propias de los pueblos o ciudades pequeñas. Las relaciones de confianza y afinidad, apoyo mutuo, amistad, etc. proliferan pero sobre otras bases: el compartir gustos, actividades, preferencias, estilos de vida, etc. La evolución del transporte y los medios de comunicación hacen que los soportes de la vida “comunitaria” no descansen tanto en la proximidad, el parentesco o las identidades heredadas, y sí en cambio por preferencias en entretenimientos, formas de sentir y pensar, hobbys, deportes o consumos semejantes o compartidos, temas de conversación, ocupaciones, etc., más allá muchas veces –no siempre- de barreras étnicas, parentales, religiosas, etc.
Sin embargo, los estudios de ecología urbana y de sociología urbana muestran que las ciudades están atravesadas por contradicciones y segregaciones de bases clasistas: los valores inmobiliarios y el precio de las tierras, los negocios de la construcción, imponen barreras de segregación y selección. La ciudad tiende a una distribución espacial “clasista” e incluso, las mismas radicaciones industriales tienen una lógica de neutralización del conflicto de clase. En las comunidades el efecto de las desigualdades de clase se atenúa por las tradiciones compartidas y la fuerte cohesión cultural y tradicional. En las grandes ciudades anónimas la lucha por alejarse de los pobres y las barreras de todo tipo para no mezclarse con los de más abajo se generaliza.
La cuestión de la pobreza urbana y la marginalidad en las grandes ciudades está graficada en el clásico trabajo de L. Lommnitz sobre un asentamiento en México. La marginalidad es la imposibilidad de integración a las relaciones de producción modernas de base salarial y a la vida social, cultural y política de la ciudad, por parte de los migrantes rurales. El hallazgo de este trabajo es la fuerte presencia de redes y solidaridades parentales, vecinales y de amistad (cuatismo) que tienden a compensar la ausencia de recursos económicos o educativos. La falta de seguridades crónicas sobre las fuentes de ingresos y los percances y adversidades de la vida cotidiana son enfrentadas mediante el concurso de las relaciones de intercambio de ayuda y reciprocidad que se tejen en intrincadas redes sociales radicadas en el territorio. La idea del carácter “cultural” de la marginalidad o su carácter puramente “residual” o transicional hasta lograr la plena absorción por la ciudad moderna, deben ser rechazadas: los barrios marginales constituyen formas duraderas de socialidad y subsistencia que compensa en gran medida la ausencia del estado, las barreras de los mercados laborales, o la estigmatización y los prejuicios de los medios de comunicación y los “ciudadanos honestos” y “trabajadores normales”. Estas redes “comunales” locales con sus distintas configuraciones ofrecen respuestas efectivas para solucionar numerosos problemas de alimentación, salud, cuidado de los niños, viejos y enfermos, obtención de empleo e ingresos, etc. Es muy importante destacar que no se trata de lazos emocionales o comunitarios tradicionales sino de formas cooperativas de resolver problemas y dar respuesta a necesidades comunes. Justamente es esencial a estar redes que sus integrantes tengan las mismas carencias: las asimetrías económicas o sociales rápidamente tienden a destruir las solidaridades.
El texto de Merklen bucea muchos de estos temas pero para analizar los barrios populares del Gran Buenos Aires. Merklen subraya una dimensión que está ausente en Lommnitz: la politicidad. En efecto, no se trata solo de redes familiares y vecinales, sino de la inscripción territorial en donde aparecen ONGs, Iglesias, agencias estatales nacionales, provinciales y locales, clubes deportivos, bandas y organizaciones ilegales, murgas, etc. que muchas veces exceden las fronteras vecinales o barriales y los conectan con dimensiones de la vida social y política de la ciudad. Los barrios son soportes de movilización y acción colectiva. Los habitantes de los asentamientos están en permanente “acecho” sobre el sistema político y estatal, animados por una “lógica del cazador” para la captura de oportunidades que los lleva a una permenente multiactividad y a la poliafiliación y a los contactos con todo tipo de instituciones y organizaciones. El ejemplo de las familias que participan en más de una iglesia, en más de un partido, es típico. “La necesidad tiene cara de hereje” dice el refrán. En definitiva Merklen parece rechazar la idea lineal de exclusión-guetificación, que connota aislamiento y separación, y recupera la idea de Sigal de distancia institucional y de insuficiencia de integración crónica, que los lleva a una actividad permanente de búsqueda y demanda que nunca se cristaliza en derechos y respuestas estables. Por ello la ciudadanía de las clases populares marginadas es inestable e irregular.
El clásico texto de Svampa y Pereyra sobre los movimientos de desocupados destaca la importancia de las heterogeneidades en el proceso de su formación: -una diversidad de clases y sectores (pobres estructurales, clase obrera desocupada, nuevos pobres de clase media educados, militantes políticos, fuerte papel de las mujeres, etc.) ; - una diversidad de patrones organizativos y culturas militantes: matriz sindical (Corriente Clasista y Combativa, la FTV de la CTA); matriz política (Polo Obrero, MST- Teresa Vive); matriz autónoma o social (MTD Solano, MTR, UTD Gral. Mosconi). Los movimientos de desocupados operan una conversión desde otros tipos de experiencias de organización y lucha hacia una territorialización basada en el corte de ruta, la asamblea horizontal, y la autogestión de proyectos para la propia comunidad.
En mi texto hay una historia de las puebladas y del surgimiento de las organizaciones de desocupados y sus formas de lucha. Es muy importante remarcar los criterios internos de distribución de beneficios (las listas de puntaje, la distribución de planes de acuerdo al compromiso con la organización y la lucha, etc.) como formas efectivas de superar el dilema del rebelde y los comportamientos oportunistas dentro de los mismos, garantizando su éxito y su permanencia en el tiempo. En este sentido, los movimientos se estructuran como algo alejado de las redes de confianza personalizadas y adoptan normas “contractuales” y criterios de decisión “impersonales”.
El texto de Massetti muestra casos de desarrollo de la piqueterización del clientelismo, algunos aspectos del personalismo y las redes sociales que subyacen a muchos de estos movimientos. Es muy importante el aporte en términos de institucionalización posterior (a partir del 2003) y del papel de “la militancia” dentro del estado.
En el mismo sentido pueden verse los análisis del Svampa sobre el devenir de los movimientos de desocupados atenazados por la “demanda de normalidad” del resto de la sociedad que les resta espacio de legitimación para sus luchas.

Trabajo Práctico (Si lo pueden hacer para el próximo miércoles sería buenísimo).

Elija al menos una de las consignas.

¿Cómo caracterizaría a la ciudad de Mar del Plata en términos de ecología urbana y de segregación social?

¿Está de acuerdo con la tesis de Svampa que la “identidad piquetera” emergente con la crisis del neoliberalismo entra en contradicción al menos parcial con las identidades “obreras” asociadas al trabajo y al populismo?

Lommnitz afirma que es la escasez y no la abundancia la que vuelve generosa y solidaria a la gente en los barrios populares. ¿Cómo diferenciaría las redes de solidaridad descriptas por la autora de las formas de solidaridad “institucionalizadas” de Caritas, Unicef, etc.?

La rehabilitación de la respuesta estatal a las clases populares a partir del 2003 ¿cómo afecta a las organizaciones sociales y comunitarias o los movimientos sociales y políticos que nuclean a las clases populares en sus territorios?. ¿Hay algún caso interesante en Mar del Plata?.

lunes, 20 de junio de 2011

Consigna para Trabajo final

De acuerdo a lo conversado en clase.
1) Elija de acuerdo a sus inquietudes, intereses, experiencia personal, una institución, experiencia comunitaria o un movimiento social.
2) Seleccione algunos aspectos o fenómenos interesantes que atraigan su atención
3) Utilice algunos de los conceptos vistos en la materia para analizarlos (Recomendable que sean al menos dos conceptos de unidades distintas, pero no es obligatorio).

Tamaño máximo 5 págs.
Plazo de entrega: los estipulados dentro de la regularidad de la materia,obligatoriedad de pasar las notas, etc.

Pueden consultar las ideas que se les ocurran como comentario en esta entrada.

NOS VEMOS EL MIÉRCOLES

Texto de Apoyo y Trabajo Práctico de Unidad 4- Movimientos sociales

Entramos en una esfera de la sociología en donde se desdibujan las fronteras entre los institucional y lo comunal, entre lo individual y lo colectivo: los movimientos sociales y la protesta. Los movimientos sociales se instalan justamente en el lugar del abandono de las instituciones: los movilizados recurren a formas de acción, ideas, y sentimientos que chocan directamente con los establecidos en las instituciones. Los movimientos surgen ante la falta misma de respuestas de las instituciones y sus vías de manifestación más usuales son las protestas, cuanto menos convencionales, innovadoras y alejadas de los esperado por las insitituciones, tanto mejor. A lo largo de la historia, campesinos, artesanos, habitantes de las ciudades independientes, obreros, estudiantes, etc. se han nucleado colectivamente por fuera del marco de las instituciones existentes para luchar por sus reivindicaciones o creencias. Con el tiempo y las conquistas obtenidas se han ido institucionalizando. Paradigmáticamente, el movimiento obrero surgió en la ilegalidad y la represión, la persecución y la marginalidad política o la clandestinidad a mediados del siglo XIX pero a principios del siglo XX ya contaba con las primeras protecciones insititucionales y legales y algunas décadas más tarde era un protagonista central de la política merced la organización de grandes partidos socialistas y sindicatos poderosos. Los movimientos de liberación nacional en los países coloniales o semicoloniales también han realizado un recorrido similar: de la lucha irregular pasaron a formar parte de gobiernos o directamente han conquistado el poder político. Todos los procesos de cambio social tienen entre sus actores iniciales formas de movimiento social y acción colectiva desafiante nada o débilmente institucionalizada o reconocida. El éxito de estos movimientos también se traduce usualmente en niveles crecientes de insititucionalización.
A partir de la década del ’60 del siglo XX, se desarrollan una serie de nuevos movimientos sociales en los países centrales: los derechos civiles de los negros en EEUU, el ecologismo, el pacifismo, el feminismo, la contracultura juvenil que, como novedad, no parecen interesados en la conquista del poder político como antes había sido característico de los movimientos obreros. La transformación social parece independiente del poder político. Esto ha generado un nuevo campo de estudios en la sociología y la teoría política. Los movimientos sociales y la acción colectiva no institucionalizada que tiene pretensiones de introducir cambios sociales y culturales sin plantear la lucha por detentar el poder político o el mando legítimo, es toda una novedad histórica.
El texto de Light y Keller muestra el panorama de los estudios de los movimientos sociales, diferenciando diversos procesos de comportamientos colectivos (rumores, multitudes, histerias o pánicos colectivos) y presentando las diversas corrientes teóricas desde las funcionalistas de Smelser hasta las teorías más sofisticadas de la movilización de recursos y aquellas que reintroducen las variables políticas, la perspectiva de poder, en la acción de los movimientos (Tilly).
El texto de Bobbio sobre desobediencia civil es importante porque muestra las gradaciones que puede haber entre el sujeto y el orden social y por tanto demuestra también la posible debilidad de las instituciones: el sujeto siempre tiene una relación tensa y contradictoria con las instituciones, nunca está plenamente institucionalizado, nunca está plenamente fagocitado por la rutina y los valores establecidos, siempre hay reservas de desconfianza y descontento que pueden convertirse en rebeldía o desafío a lo establecido. Es una omisión imperdonable de Bobbio la rica reflexión de los padres Victoria y Suárez que en el siglo XVI en Salamanca consagraron el derecho de resistencia a la autoridad injusta. También es importante destacar que la desobediencia civil se convierte luego de las luchas por la independencia de la India encabezadas por Gandhi en resistencia pacífica, inaugurando todo un módulo de estrategia de lucha colectiva para el resto del siglo y que se prolonga hasta nuestros días. Las variedades de tipos de desobediencia civil son enormes: omisivas, comisivas, activas, pasivas, manifiestas o clandestinas, etc.
El texto de Reichman y F. Buey aborda los “nuevos movimientos sociales” (NMS) intentando aprehender su especificidad teórica: agente colectivo movilizador que interviene en procesos de transformación social (cambio social fundamental a favor o en contra, impedir, anular o promover), obrando con cierta continuidad, alto nivel de integración simbólica, y nivel bajo de especificación de roles y jerarquías, y valiéndose de formas de acción y organización variables.
Aquí hay que sacar varios corolarios: el movimiento es siempre más que las organizaciones heterogéneas que engloba, y más que la protesta espontánea porque implican estructuras comunicativas elaboradas y duraderas. Existe en la medida en que está en movimiento y busca apoyo activo y repercusión. Esencial construcción identificación del Otro, oponente, con selección de niveles, contextos e instancias en la que se los enfrentará (opinión pública, corporaciones, estado, gobierno, parlamento, etc.) y de un Nosotros sentido y simbolizado que puede difundirse a otros sectores como dimensión “cognitiva” del cambio social. Las formas de participación personal son múltiples y flexibles, sin roles fijos ni formalidades.
Pero están lejos de convertirse en “grupos culturales o testimoniales” ya que actúan en “contextos duros” de relaciones de fuerzas y buscan el éxito para sus iniciativas, combinando formas no convencionales de acción individual y colectiva junto con acciones institucionales. La dificultad de la no institucionalización los pone en la tensión entre la movilización y la disolución, lo que impide “el comportamiento organizacional” (centrado en una organización). Así, a veces un MS sucede o hereda a otro, y otras veces entran en fases de latencia. Los NMS “abren nuevos espacios cognitivos y sociales...y desaparecen en un proceso de difusión/institucionalización”. En este sentido son esencialmente transitorios. También son cíclicos: por condiciones cambiantes del contexto político y económico y porque su vida interna (adhesión, participación) oscila entre el dinamismo movilizador y lo cotidiano institucional.
La variedad de movimientos es inmensa y se pueden clasificar por tipos: adscriptivos o inclusivos, ofensivos o defensivos, progresivos o regresivos o escapistas, violentos o pacíficos.
Las demandas de los NMS producen extrañas combinaciones de supervivencia (ecologismo, pacifismo) y emancipación (feminismo, cambios en relaciones sociales). Aunque hay movimientos puramente conservacionistas de derecha, sin cambios en las relaciones sociales no hay preservación ni se pueden evitar las catástrofes. Aparecen contenidos de recuperación de “soberanía existencial”, autodeterminación contra megatecnologías, burocracias e industria, mercantilización y cientificismo legitimador, y contra la colonización instrumental de la vida.
Muchos han visto a la crisis de civilización y problemática de la reproducción social global como el objeto de los NMS. Ofrecen otros modelos de producción, convivencia y consumo, que tampoco son novedosos pues se inscriben en tradiciones emancipatorias anteriores. Touraine, el gran teórico de los NMS señala su pretensión de “carácter ejemplar” menos instrumentalistas y estratégicos y más expresivos y orientados al cambio en los valores comunes y los estilos de vida. Los 8 rasgos ayudan también a ver la particularidad histórica de estos movimientos.
1) Orientación emancipatoria. Nueva izquierda antiautoritaria pos 68 que desafía el consenso dominante en sociedades industriales, se diferencia de las tácticas neocorporativas y las formas de organización son extensiones de sus ideales de reforma social. Pluralidad de idearios y no ideologías omnicomprensivas. 2) Carácter antiestatalista y pro sociedad civil en el sentido de desarrollar formas de contrapoder de base. Autoregulación social y defensa. Ambivalencia frente al estado. 3) Antimodernismo y critica (práctica y de hecho) civilizatoria antiproductivista y patriarcal, centralista y burocratizada y diferenciada. Recomunalización, democracia consejista, desinstitucionalización y desprofesionalización de la política, economía alternativa y “moral” reabsorvida por dimensiones sociales, etc. 4) Composición social heterogénea con predominio de nuevas clases medias.
5) Objetivos y estrategias muy diferenciados: “actuar localmente, pensar globalmente”. Consensos importantes acerca de objetivos discretos bien delimitados bajo el reproche de ser “movimientos de un solo asunto”. 6) Descentralización y antijerarquía organizativa. Desconfianza de liderazgos y burocracias. 7) Politización de la vida cotidiana y el ambito privado. “Lo personal es político” (feministas), “política en primera persona”. Los espacios de acción son espacios no institucionales y no previstos. Reapropiación del tiempo, el espacio y lo cotidiano con emergencia de identidades socioculturales. 8) Acción colectiva no convencional. Desobediencia civil, resistencia pasiva, acción directa fuertemente expresiva, exclarecimiento popular, componentes lúdicos y teatrales, estetización de la protesta americana en 60/70 y prolongación de la huelga y la lucha obrera a ámbitos no económicos.
En definitiva, lo nuevo en los NMS es que retoman hilos críticos contra la deshumanización, viejas aspiraciones de emancipación en escenarios nuevos. Liberación personal, cotidiana y nuevas formas de vida contra la tecnoracionalización y la autodestrucción. Incipiente conciencia de “especie” (universalización) y cuestionamiento no solo a las decisiones que se toman sino a las razones, las premisas a partir de las que se decide. Desconfían de las tres formas de la racionalidad (científico-técnica, mercado (capital), y ley (estado). Los NMS dan cuenta del agotamiento de recursos de intervención (regulación, administración y violencia, gasto e inversión, información y persuasión) que son inútiles o contraproducentes en temas donde se involucran identidades y no intereses. La conciencia de los límites civilizatorios es el carácter distintivo común y la novedad que pasa del neoanarquismo de la revolución cultural del 68 al tema de que la sociedad de la abundancia y de sus peligros.
Autonomía, identidad y democracia radical como parámetros de organización rechazando el principio de delegación y de disciplina: más autonomía, menos política nacional y más local, más participación directa y menos electoral, más gestión y menos figuración y representación, más desobediencia civil y menos violencia.
Nuevo paradigma político de orientación antiinstitucional (Offe, 1988)
VIEJO NUEVO
ACTORES Grupos de interés Colectividades atribuidas
CONTENIDOS Crecimiento, distribuciòn, seguridad Paz, medio ambiente, DDHH, no alienación
VALORES Libertad, seguridad, consumo Autonomía, identidad, no control
MODOS DE ACCION INTERNO
EXTERNO Instituciones formales


Intermediación y competencia Espontaneidad


protesta


El texto de Craig Jenkins plantea el principio básico del punto de vista de la movilización de recursos: demandas y descontento hay siempre, pero no siempre hay movilización contestataria, por tanto, es la capacidad para movilizar recursos lo que hace la diferencia. A partir de estos teóricos, los movimientos comienzan a estudiarse no desde el punto de vista de los motivos del descontento sino desde el punto de vista de sus capacidades internas. La teoría de la movilización de recursos considera a los movimientos sociales “como una prolongación de del actuar institucional y analizan los movimientos que postulan un cambio institucional y que pretendan alterar elementos de la estructura social”; que aspiran a organizar grupos que actúan en contra de las elites institucionales y que estaban previamente organizados. Los teóricos de la movilización de recursos argumentan que los agravios son son un factor secundario y que derivan de conflictos de intereses de orden estructural articulados en las instituciones sociales y que los movimientos surgen a partir de cambios a largo plazo, en los recursos del grupo, de su organización y en las oportunidades de desarrollar formas de acción colectiva.
La movilización es el proceso mediante el cual un grupo se asegura el control colectivo sobre los recursos necesarios para la acción colectiva: recursos tangibles y no tangibles, humanos y materiales. Es decir se plantea como importante el control de los recursos previo a los esfuerzos de movilización. Los movimientos sociales han pasado de las concepciones clásicas de la organización de movimientos sociales (OMS) con liderazgo autóctono, afiliación extensiva a las organizaciones profesionales (OMS profesionales) con liderazgo externo, personal remunerado afiliación reducida o inexistente y acciones que hablan en nombre del grupo agraviado sin requerir su participación.
La organización de los movimientos sociales da lugar al debate entre quienes plantean un modelo burocrático centralizado y quienes se inclinan por un movimiento informal descentralizado. Los primeros sostienen que una estructura formalizada con una división del trabajo maximiza la movilización y que una estrctura centralizada de toma de decisiones aumenta la capacidad de intervención inmediata al reducir los conflictos internos.
La segunda postura sostiene que los movimientos descentralizados con una mínima división del trabajo e integrados por redes informales y por una ideología de amplio espectro son más efectivos.
Finalmente, el texto de Mark Lichbach retoma los esquemas del individualismo metodológico y la elección racional para explicar la solución que pueden darse en el seno de los movimientos al llamado dilema del rebelde: el sujeto que debe correr riesgos de participación para conseguir bienes públicos siempre va a tender a esperar que fueran otros los que corran esos riesgos. Pero esto explica porque la gente no participa, pero deja sin explicación los innumerables hechos de participación y rebelión. Así, se propone toda una nueva tipología de soluciones al Dilema del Rebelde.
Soluciones de Mercado: 1) Aumento de beneficios: grupos ultrabeneficiados o fanáticos “grupos defensores” (Tilly) o “privilegiados” que tienen más beneficios marginales que costos marginales a su contribución. 2) Baja de costos: de peligros represivos o pérdidas. 3) Aumento de recursos que permita más disfrute de tiempo y compensar costos. 4) Mejora en la productividad de las tácticas: si el costo en perseguir bienes públicos es menor que el de perseguir bienes privados, se motoriza la acción colectiva. 5) La disminución de oferta de bienes públicos motoriza la demanda si no hay bienes sustitutos. 6) Expectativas de victoria: si hay convencimiento que la lucha lleva necesariamente a la victoria se estimula la eficacia de grupo y la participación individual en él. 7) Expectativas de eficacia de la acción individual: el rebelde puede pensar que su contribución no es marginal sino central en el éxito. 8) Información incompleta e ilusiones sobre costos bajos, beneficios accesibles o apoyos masivos de otros sectores, etc. 9) Asimilación del riesgo: aumentar la tolerancia al riesgo del rebelde por socialización política o experiencias anteriores. 10) Espiral de competencia entre enemigos: los aumentos de amenazas colectivas de un lado generan contramenazas del otro. 11) Ausencia de salidas: la imposibilidad de “votar con los pies”, buscar en otro lado, precipita la participación en la AC. 12) Cambio de tipo de BP: hay “histerisis”= más sensibilidad a las pérdidas que a las ganancias, más predisposición a defender lo perdido que a atacar. Además si los BP suponen beneficios rivales la mayor participación disminuye el beneficio esperado al tener que distribuirse entre mas.
Soluciones basadas en Comunidad: 1) Conocimiento común: puede haber certezas acerca del comportamiento colectivo de los otros que aseguran la utilidad de sumarme. Lo mismo por razones culturales, experiencias anteriores, información directa o movilización ya en curso o “subirse al carro”. Al dilema del rebelde subyacen tanto el del prisionero (acción estratégica en pos de beneficios esperados) como de la seguridad (certeza acerca de los otros). 2) Valores comunes: autorrealización, participación como experiencia y beneficio, etica o solidaridad con otros aunque con riesgos, la protesta como fin en sí, conciencia de grupo, altruismo, etc.
Soluciones basada en Contrato: mediante organización y autogobierno con normas y sanciones acordadas y compartidas que prohiban las conductas oportunistas. Soluciones generadoras de institucionalidad. Autogobierno: soviets, comunas, cooperativas, comites o pandillas acuerdan e imponen reglas, controles y procedimientos propios. Acuerdos “toma y daca” o cooperación contingente basada en la seguridad de que otros o muchos participarán. Acuerdo de iniciar campañas o eventos que se asegura incentivar la masividad, etc. Acuerdos de intercambio: negociación, redistribuciones mutuamente beneficiosas, etc.
Soluciones basadas en Jerarquía: mano visible que presupone autoridad o poder impositivo previo. Localizar agentes o empresarios: confianza en líderes que crean organizaciones que solucionan el problema del “agente”. Localizar patrones: apoyos externos que subsidian costos de participación. Los apoyos externos suelen maximizar los conflictos. Reorganización: hacia un club exclusivista en donde el beneficio marginal es igual al costo marginal del último miembro. Hacia un subgrupo fanático de defensores. Hacia una descentralización en grupos locales más sencillos de impulsar AC.
Competencia entre grupos o miembros: aliciente a la participación para “destacarse”.
Imposición de medidas, control de deserciones, y administración de incentivos y desincentivos. Predisposición a ser coaccionados, o aceptar coacciones sobre las que haya acuerdo o aceptación mutua. “Se puede superar el dilema del rebelde si el rebelde recibe algo como consecuencia de su participación”. Además se pueden controlar los que no cumplen sus responsabilidades.
Las implicancias de este análisis, son muy importantes: hay muchas formas de promover la acción y la participación colectiva contestataria de manera racional para los involucrados. El acierto político consiste en como resolver en cada caso y circunstancia el dilema.
Las soluciones nunca son únicas: siempre presuponen al menos una de las otras. Y en este sentido son circulares y paradójicas pecando de petición de principios. Para que haya contrato tiene que haber mercado, este presupone algo de comunidad para la confianza en los intercambios, la comunidad necesita jerarquía para reforzarse y trasmitirse a nuevas generaciones, la jerarquía necesita de contratos porque finalmente necesitará que lo acordado bajo coacción quede como acordado. No se puede explicar la acción colectiva presuponiéndola, ninguna solución es suficiente, aunque sean necesarias.
Es dificil explicar el bien público en sí que significan las instituciones. Valores comunes, descentralizaciones, competencias o exclusivismos siempres suponen problemas de acción colectiva de segundo orden: tiempo destinado a controlar, riesgo de incentivos selectivos no valiosos, costos de coordinación, etc.
Como todo orden social descansa en una combinación de coerción, interés y valores, es necesario combinar soluciones. La cooperación puede catalizar o multiplicar otras motivaciones. Tanto el utilitarismo como la equidad interactuan para reforzar la cooperación o compensarse uno con otro. Es típico el caso de los cooperadores condicionales: cooperan solamente si hay un grupo mínimo previo que coopera. Los juegos de cooperación difieren de los de intercambio e implican un capital social que convencionaliza acciones de reciprocidad. Tanto recursos previos, como intercambio voluntario, como coordinación institucionalizada pueden ser bases de apoyo de la AC.
Impredecibilidad: la multiplicación de soluciones y contextos hace imposible la anticipación. La AC es inestable y en gran medida fortuita.
Además están las consecuencias indeseadas de las soluciones sobre todo de los incentivos selectivos (saqueos, oligarquización de la organización, cooptación, utilitarismo creciente en las expectativas de miembros, etc.).
El análisis de la AC tiende a oponerse al de la deprivación de actores que vincula los agravios a la acción colectiva.

Trabajo Práctico – Elijan una y solo una de estas

1) (Texto de Light y Keller) Cómo analizarían Smelser y Tilly el surgimiento de los movimientos piqueteros en nuestro país.
2) (Texto Bobbio) Aprovechando que se memora la dictadura militar 1976-1983: ¿había fundamentos para la desobediencia civil ante el golpe dictatorial? ¿qué tipos de desobediencia civil aislada conoce de aquellas épocas?
3) Qué tipos de desobediencia civil son: –los cortes de ruta; -la ocupación de un edificio gubernamental; -el incendio o destrozo de un edificio gubernamental; -la rebelión fiscal; -la huelga de hambre de los maestros durante la Carpa Blanca en 1997-1999; -la guerrilla armada; -los escraches a los bancos; -otras que se les ocurran a Uds.
4) (Texto Reichman y F. Buey) Tome uno de los 8 rasgos que caracterizan a los nuevos movimientos sociales en Europa y EEUU y explique porqué es o no aplicable a alguno de los mov. Sociales de la última década en nuestro país y en A. Latina.
5) ¿Qué elementos de radicalidad emancipatoria encuentra Ud. En los Mov. Sociales surgidos en Argentina y A. Latina con la crisis del neoliberalismo de los últimos años.?
6) (Texto de C. Jenkins): ¿qué elementos de movilización de recursos pueden analizarse en alguno de los conflictos sociales que se han producido en la ciudad de Mar del Plata en los últimos años (pesca, puerto, contaminación, seguridad, etc.)?

viernes, 10 de junio de 2011

Clase presencial del miércoles 15/06

El miércoles espero fervientemente podamos reencontrarnos.
El miércoles pasado dejé un pequeño texto de Hardt y Negri sobre Multitud que les pido que lean.
Acabo de colgar 2 TPs que me mandaron por mail.
Para el miércoles los textos a ver serían los de instituciones de salud y familia y matrimonio, de Light y Keller y Giddens respectivamente.
Abrazo

miércoles, 8 de junio de 2011

IMPORTANTE: HOY HAY CLASE PRESENCIAL

Como había quedado la semana pasada, hoy miércoles 8/06 hay clase lo mismo que el próximo miércoles 15/06.

Veo que salvo María Soledad, no colgaron los TPs, ni me los mandaron por mail, es importante que cumplan con este requisito.
Saludos.